
Revista Libertad, 02 de febrero, 2023 (Perú)
No tiene escrúpulos en traicionar. El gobernador de Ayacucho Wilfredo Oscorima Núñez posee una doble moral. Ha subestimado al pueblo. Ignora la dinámica social, la explosión social suigénerís, las movilizaciones legítimas por cambios estructurales: democracia, justicia y libertad, que están en las calles para quedarse. No sabe que las razones de las movilizaciones son el colapso social y la destrucción del tejido social como la corrupción generalizada en el Poder Judicial, el Congreso y el Poder Ejecutivo y Gobiernos regionales, incluido su gobierno: Crisis en las alturas.

Wilfredo Oscorima es un dictadorzuelo de provincia (cacique), lumpen, aventurero, politiquero vulgar y lenguaraz. Es ostensible su oportunismo. Por oportunismo, apoyó a Pedro Castillo cuando presidente y tenía poder. Incluso lo llevó a su pueblo de Cangallo para que diera su discurso. Quería engatusarlo para conseguir millonarios presupuestos y sobrevalorar obras como lo había hecho con Alan García, Ollanta Humala. Mientras Castillo era abucheado en el local de EsSalud, Oscorima y sus peleles (autoridades serviles al cacique) lo adulaban.

En la reunión de autoridades de Ayacucho en el palacio de gobierno con el propósito de respaldar a Castillo, Oscorima no tuvo empacho en seguir adulando al presidente de entonces, incluso le regaló un retablo ayacuchano de grandes dimensiones como una forma de admiración, y hasta tuvo elogios cortesanos hacia el jefe de Estado. “Más del 86% de Ayacuchanos apostamos por usted, señor presidente (Pedro Castillo); su éxito es nuestro éxito”, aduló Oscorima.
Parece ser cierta esa frase de que un presidente debe cuidarse más de un adulón que puede traicionarlo. Cuando el Congreso, la fiscalía de la nación, la policía, las FFAA perpetraron el golpe de Estado contra Castillo y éste fue injustamente recluido, Oscorima traicionó y negó a Castillo, e inmediatamente se puso, sin escrúpulos, al servicio del régimen golpista de Dina Boluarte. Y se ofreció para que no haya paros ni movilizaciones.

Desde entonces, el gobernador de Ayacucho ha colaborado solícitamente con la dictadura de Boluarte en penalizar y perseguir las justas protestas en Ayacucho, pese a que esa dictadura había masacrado a su pueblo asesinando a más de 10 ayacuchanos por soldados de las FFAA con criterio de un cazador de animales, por el sólo hecho de reclamar la renuncia de la usurpadora, adelanto de elecciones y Asamblea Constituyente. “La tensa calma que se vive en Ayacucho es porque nosotros hemos explicado claramente que basta de paros, basta de violencias en Ayacucho; no olvidemos que Ayacucho ha sido el foco de la violencia que ha vivido en los años 80, en los años 90; sin embargo, no faltan todavía azuzadores allí”, declaró el gobernador de Ayacucho para Radio Programas, la emisora de la derecha.
Para suspender los paros y movilizaciones, Oscorima habría sometido a los dirigentes a quienes habría sobornado a cambio de un presupuesto de 200 millones asignados por el régimen al GRA. “Hemos tenido reuniones con los agros, con los productores de Ayacucho, en la que les hemos explicado que el problema no es el gobierno central, el problema está en nosotros, los gobernadores regionales”, dijo el gobernador felón de Ayacucho para esa misma emisora capitalina.

Para la injusta detención de la presidente del Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho, (FREDEPA), Rocío Leandro y demás jóvenes dirigentes de la UNSCH, por parte de la policía, Oscorima contribuyó, previamente, a la construcción de la narrativa del terruqueo contra Leandro en los canales de TV de la ciudad de Lima. Y es que la estereotipación racista y el estigma político de adjetivar de terrorista a peruanos de provincia los rebaja a un objeto o sub humano, lo cual sirve al régimen para justificar sus masacres y detenciones ilegales o secuestro de dirigentes, en este caso, de la presidente del FREDEPA y otros jóvenes artistas e intelectuales ayacuchanos.
La traición del gobernador Oscorima al pueblo ayacuchano es tanto que ha anunciado llevar a cabo los festejos de los carnavales, pese a que Ayacucho está de luto por la masacre a jóvenes ayacuchanos por las FFAA. El gobernador está dispuesto a no respetar la memoria de los fallecidos, sus paisanos ni respetar el duelo de sus familiares. Ha decidido bailar y libar encima de los cadáveres. Mientras el alcalde del distrito de Andrés Avelino Cáceres ha anunciado que no participará en las festividades de los carnavales en respeto a la memoria de las víctimas. Otros alcaldes como Carlos Arango de la Municipalidad de Huamanga, etc, también han decidido no participar en las festividades de carnaval en memoria de los caídos: mártires de la libertad y la justicia social.

Oscorima estuvo en la cárcel de Cachiche por delitos de Negociación incompatible, por la compra irregular de maquinarias pesadas por S/.20 millones. Tiene más de 130 denuncias por corrupción. Sería el gobernador más corrupto del Perú y la historia ayacuchana. Está acusado por un colaborador eficaz de recibir un soborno de S/1 millón del corrupto Club de la Construcción, específicamente, Obrainsa, para la adjudicación de la obra de rehabilitación de la carretera Condorcocha-Vilcashuamán, sin contar los cientos de denuncias de corrupción en su contra. Ha sobrevalorado el hospital 3-1 en 500 millones. Es el hospital más caro del mundo. La Controlaría, el PJ, el MP y la policía de Ayacucho no responden a sus objetivos para los que fueron creados, no funcionan a cuyos jueces, fiscales y policías Oscorima habría sobornado. Hay impunidad e injusticia. He ahí la razón de las movilizaciones que están escalando, porque no hay cambios ni correcciones o moralización.